De nuevo esa sensación. Ese sentimiento que te deja sin aire, que no te permite pensar con claridad. Y delante nuestro, una intensa oscuridad, un sin fin de preguntas, de dudas, de sueño rotos. Lágrimas, y alcohol, mucho alcohol. Sonrisas enmascaradas por el dolor, conversaciones disfrazas de sencillez y absurdidad. Evitar mostrar debilidad incluso a uno mismo, mostrar indiferencia ante los demás…
Entonces todo cambia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario