Sabíamos no decirnos nada conservando en apariencia una amistad consolidada. Sabíamos no exigirnos mucho: hola, que hacés? convidame un pucho que me tenés abandonada. Vos con tu mochila a cuestas, yo con la excusa perfecta para charlar de pavadas. Nos hizo un guiño san telmo, un poco de humo en el medio y enloquecieron las miradas. Quiso el destino que esa noche hiciera frío y que el ruido de los coches me hiciera hablarte al oído y si el diablo se contenta con que dudes un instante, vos y yo, nuestras miserias y esta noche por delante amor. Quién sabe?
Un umbral perdido y aquel bar medio vacío como único testigo. Brindamos por el olvido y el espíritu del vino se fue haciendo nuestro amigo. Con el corazón en llanta nada mejor que tu lengua abrigando mi garganta y conga, conga, conga, conga y que siga la milonga mi amor, que el mozo traiga otra ronda y que pague Dios. Quiso el destino que ya no hiciera mas frío y sin coches y sin ruido sigo hablándote al oído y el diablo que se contenta con que dudes un instante, vos y yo, nuestras miserias y esta noche por delante amor. Quién sabe? amor, quién sabe?

1 comentario:

Matttttttttttttttttt dijo...

Mas lindo lo escribiste :)
Te adoro nee