Lo observé todo el tiempo con ansiedad. Después desapareció en la multitud, mientras yo vacilaba entre un miedo invencible y un angustioso deseo de llamarlo.¿Miedo de qué? Quizá, algo así como miedo de jugar todo el dinero de que se dispone en la vida a un solo número. Sin embargo, cuando desapareció, me sentí irritada, infeliz, pensando que podría no verlo mas, perdida entre millones de habitantes de la ciudad...






(Ernesto Sábato)

1 comentario:

Ro dijo...

Siempre nos a miedo jugarnos todo a un solo número!